¿Alguna vez te has sentido indigna de ser amada, de encontrar el amor o incluso de dar amor? ¿Te ves mirándote al espejo y pensando: "¿Quién me amaría con unos muslos como estos?"? O cuando estás locamente enamorada de alguien, (por la razón que sea) te dices continuamente: "No hay forma de que alguien así pueda amar a alguien como yo".
Estoy aquí para decirte *con todo respeto* que no podrías estar más equivocado. En primer lugar, ¿hablarías así a tus amigos? ¿Dejarías que tus amigos te hablaran así? ¿Dejarías que tus amigos se hablaran a sí mismos de esa manera? Absolutamente no. Entonces, ¿por qué te permitirías hablarte a TI de esa manera? (Si respondiste que sí a alguna de esas preguntas, te recomiendo encarecidamente que busques otros amigos).
En segundo lugar... seamos realistas por un minuto. No eres perfecta. Siendo realistas, sí, siempre habrá alguien más hermosa que tú... especialmente si estás buscando. SIEMPRE habrá alguien con ojos más brillantes, pechos más grandes, piel más bronceada, cintura más pequeña, bla, bla, bla... pero no hay nadie como TÚ.
*Pongan a la cola el rallador porque era un QUESO de verdad, pero me refería a cada trocito de cheddar fuerte.
No me considero una persona celosa. Tengo relativa confianza en mí misma, pero incluso yo misma caigo víctima de la idea de que un chico no querría estar conmigo porque la rubia del otro lado del restaurante tiene un “mejor cuerpo”, o labios más grandes, o tal vez es más divertida (lo dudo). Pero luego pienso, ¿y qué? Incluso si ella también tiene una personalidad matadora, ella no es yo. Yo no soy ella. No estamos compitiendo por nada. Si un chico elige pasar su tiempo conociéndola a ella en lugar de a mí, no es algo personal. No hay nada malo en mí. No necesito cambiar para ser como ella… porque por cada chico que preferiría conocerla a ella, hay un chico que preferiría conocerme a mí.
Es hora de subirse rápido a este tren de pensamientos; de lo contrario, terminarás gastando más energía tratando de ser alguien que nunca debiste ser, con alguien con quien nunca debiste estar... miserable.
¿Has oído que la comparación es el ladrón de la alegría?
No importa lo que piensen los demás de ti, recuerda lo que tú aportas. (En ese sentido, también es muy importante que te preguntes: "¿Saldría conmigo mismo? ¿Soy el tipo de persona con la que saldría?". Si no lo soy, es posible que tengas que pasar más tiempo contigo mismo antes de empezar a buscar a tu media naranja).
Me miro al espejo y (la mayoría de los días) me encanta lo que veo. Me encanta quién soy. SIN DUDA saldría conmigo misma. Para el tipo de hombre/pareja que estoy buscando, sé que soy la olla de oro al final del arcoíris. “¿Quieres decir que una mujer autosuficiente, motivada, consciente de las emociones, divertida, auténtica, inteligente, emprendedora, extrovertida, que anda en moto de cross, conduce un barco, puede dar marcha atrás con un remolque, acampa, cocina como una abuela italiana, practica snowboard, es guapa, parece una muñeca Barbie (o algo así) y realmente existe y es soltera? ¡Claro que sí, hermano! Apúntame”. (Eso es lo que imagino que diría mi chico).
Cuando practico este ejercicio, sé que no pido demasiado porque existo. ¿Por qué no pueden ser todas esas cosas ciertas también para mi futura pareja?
Ahora es tu turno. Escribe todo lo que buscas en una pareja y todo lo que aportas. ¿Coinciden las listas? ¿Qué inconsistencias se pueden solucionar o solucionar y cuáles se deben eliminar de un lado (o de ambos lados) de la lista?
¡Ahora, anímate a ti mismo con esa lista tanto como lo necesites! Lo digo en serio. Puede que pienses que eso es engreído y egocéntrico, pero ¿por qué no deberías recordarte lo maravilloso que eres? Si todas esas son cosas que tu familia y tus amigos más confiables dirían sobre ti, entonces no eres engreído.
La clave es que TÚ debes ser tu propia promotora. TÚ debes creer que eres digna de ser amada y, lo que es más importante, TÚ debes sentirte amada por TÚ. Esos sentimientos no pueden ni deben depender de la opinión que los demás tengan de ti.
También es importante comprobar de vez en cuando si las listas coinciden. ¿Sigues siendo la persona que esperabas encontrar? Si es así, sigue con tu error. Si no, ¿qué necesitas sanar o cambiar? Está bien que las listas cambien a medida que sigues creciendo para convertirte en tu yo más amado y auténtico.